Gotas de Paz: El Arte de la Pasiflora

Gotas de Paz: El Arte de la Pasiflora

Cuando yo era niña, mi papá preparaba tintura de pasiflora. La dejaba macerando por un mes, esperando que cada gota concentrara la calma de la planta.

Recuerdo una tarde, estábamos en la casa, cuando llegó un amigo de mi papá diciendo que se sentía muy mal, que parecía que se iba a desmayar. Mi papá, con el corazón enorme, le dijo: “Tranquilo, hijo, todo va a estar bien”. Inmediatamente sacó sus gotas de pasiflora y le indicó: “Pon tres gotas debajo de la lengua y descansa cinco minutos”.

Era como un acto de magia: al cabo de esos cinco minutos, el señor dijo algo increíble pero cierto: ya no se sentía mal. Repetimos cinco gotitas más y, después de media hora, estaba completamente bien, como si nunca hubiera tenido presión alta. La pasiflora es realmente poderosa para la presión alta.

Mi mamá también las utilizaba. Ella era muy nerviosa y todas las noches, antes de dormir, preparaba su tecito con las hojas de la planta. Lo tomaba y dormía profundamente, sin despertar en toda la noche. Ver cómo una planta podía brindar tanta paz me llenaba de asombro.

Desde pequeña, me fascinaban las plantas y todos sus beneficios. Me sentía orgullosa de mirar a mi papá, cómo ayudaba a personas que no tenían recursos para ir al médico, usando solo sus conocimientos medicinales y su amor por sanar. Para mí, él fue un gran ejemplo de servicio, de fe y de sabiduría en la naturaleza.

Escrito con amor, 

Mama Katy

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